martes, 9 de febrero de 2016

Esta boca es mía.


Advertencia y preaviso

Todos los días son últimos días.
Días tras día mueres, te arrebatan
un pedazo de diente,
se abre un surco en tu piel,
cesa un amigo
en su función de espejo,
de espejismo,
de bastón
o de bálsamo.
Siempre, todos los días son el último día.
Todos los días pierdes
alguna cosa que quisiste mucho:
un reloj, un paraguas, un anillo, una fotografía
de hace mucho tiempo,
un garabato viejo,
alguna lentejuela
del antiguo, fulgente disfraz de la esperanza
fugitiva
como todo horizonte.
Todos los días vamos despidiéndonos.
Todos los días debes prepararte
para decir adiós.
Todos los días debes prepararte
para escuchar un “basta”.
Todos los días
son el único, el último,
el ultísimo día de tus días.
Y sin embargo insistes todavía,
Y
sin embargo
insistes
pese a
todo
en
no
querer
ser.
TU.
Juan José Sena Weill

martes, 2 de febrero de 2016

Desde que te perdí.


He dejado a los hombres

He dejado a los hombres.
Y con ellos dejé su amor,
su olor, su pelo.

Con los hombres dejé sus aires de eruditos.
Dejé sus serias reflexiones
como respuesta a mis juegos.

Puse a un lado sus neurosis,
sus machos alfa demandantes,
o, por el contrario, sus “no puedo”.

Me libré, junto con ellos,
de las noches de insomnio
y del amor mendigado
por un suspiro de sus besos.