jueves, 25 de octubre de 2012

No es que el Tiempo Pasado sea Mejor, es que los tiempos malos se olvidan pronto


Tierra de los hombres.
Si creemos que la máquina malea al hombre es quizá porque nos falta distancia para juzgar los efectos de las transformaciones tan rápidas como las que hemos sufrido. ¿qué son los cien años de historia de la máquina al lado de los doscientos mil años de la historia del hombre? Acabamos apenas de instalarnos en este paisaje de minas y de centrales eléctricas. Apenas si comenzamos a habitar esta nueva casa que aun no hemos siquiera terminado de construir. ¡Todo ha cambiado tan de prisa en torno nuestro: relaciones humanas, condiciones de trabajo, costumbres! Nuestra misma psicología ha sido removida en sus bases más íntimas. Las nociones de separación, de ausencia, de distancia, de regreso, aunque sigan expresándose con las mismas palabras , no contienen ya las mismas realidades. Para asir el mundo de hoy usamos un lenguaje que fué establecido por el mundo de ayer. Y la vida del pasado nos parece responder mejor a nuestra naturaleza, por la sola razón de que responde mejor a nuestro lenguaje.
Cada progreso nos ha ido alejando más de hábitos que habíamos apenas contraído, y así nosotros somos verdaderos emigrantes que no han fundado todavía su patria.
Antoine de Saint Exupery

miércoles, 17 de octubre de 2012

Como un montón de palabras cogiditas de un papel.


Cartas a un joven poeta
No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida […]. Pero tal vez, aun después de haberse sumergido en sí mismo y en su soledad, tenga usted que renunciar a ser poeta. (Basta, como ya queda dicho, sentir que se podría seguir viviendo sin escribir, para no permitirse el intentarlo siquiera.)
Rainer María Rilke

miércoles, 10 de octubre de 2012

Nada se parece más a un fascista que un burgués asustado.


Eso
La pared del calabozo viene una mancha ahí, debajo de la mirada del hombre que mira. Todo el mundo mira esa mancha cuando mira la pared y hace muchísimas miradas que la mancha existe. Casi se podría decir que existió antes que la pared, distribuida en quién sabe cuántos elementos que se conjugaron un día para dar lugar a es mancha atrapadora de miradas, como la mirada de ese hombre tirado en la cucheta que está colocando sobre ella los lentos pensamientos, las sensaciones, la suma de esperanzas y los cansancios.
Alrededor de esa mancha está la cárcel que en los días grises en medio de la niebla de la mañana, se alza en el desierto como uno de esos templos erigidos por los hombre en la llanura, pero después cuando la niebla se retira, la pretenciosa fealdad del edificio se asemeja más al excremento de un gigante abandonado seco sobre el pasto.
Dalmiro Saenz