miércoles, 21 de septiembre de 2016

Será que te ha cogido miedo de saber que estás mas loca... que yo, que necesito ver amanecer cuando no toca.



La ley de la locura.
Diálogos entre sobrevivientes del manicomio y la ley 26.657

Los trabajadores de la salud mental que brindan servicios fuera de los manicomios deberían creer en los delirios, ser creyentes en vez de testigos, creer en las alucinaciones. Si un loco va y le dice “Me está persiguiendo la CIA” en vez de preguntarle “¿Y por qué usted cree eso?”, hay que acompañarlo a la comisaria a hacer la denuncia. Deberían empezar a creer en sus pacientes y que no nos miren como pacientes sino que nos den un servicio y que ese servicio pueda cambiar, y que de repente un día propongan ir a hacer la consulta a la plaza, que cambien, que se animen a cambiar, que aprendan de las alucinaciones, y que dejen de privilegiase. Porque siempre se privilegiar con la locura y con el dolor de los locos, siempre generan estatus social.
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Considerando la ley de salud mental yo creo que las personas que trabajan en los manicomios deberían recuperar el hospital, y en vez de seguir trabajando para el manicomio, echar a las autoridades, transformar todo y que se transforme en un hospital recuperado. Así como está la experiencia de las fabricas recuperadas, debería empezar la experiencia de los hospitales recuperados. Cuando pase eso los trabajadores del manicomio, van a estar la servicio de los locos y de la salud mental, y no al servicio de la enfermedad como están ahora. Son todos cómplices de la tortura. Son artífices de la dictadura de la cordura. Lo lamento mucho si alguien se siente ofendido, pero si se ofende, le recomiendo que haga la experiencia del manicomio, bien completa con drogas, celda de aislamiento, y después vea que se siente.

Alan Robinson.

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